Miro tu lento caminar y me pregunto en qué momento te dejé de mirar.
A veces me culpo por mi indiferencia hacía ti, volcando todas mis energías hacia alguien que ya no está en nuestras vidas, lloro su ausencia y recae sobre ti la responsabilidad de lamer mis heridas y sin casi verte te dedico una sonrisa y sigo con mi penitencia de buscar al que ya se fue de mi lado sin fijarme en ti.
Hace dos días que te miro diferente, dos días donde una mala noticia me despertó de mi letargo de mis amores perdidos, dos días en los que he decidido que tú eres el presente y que te quiero a mi lado, que cuando tú faltes el mundo que construi con mis tres pilares se derrumbara, y tendré que volver a iniciar un camino, pero sin vosotros, aquellos que me salvasteis la vida una vez.
Espero Suri que sigamos juntas muchos años más, al menos déjame disfrutar de tu sobriedad, de tu calma, de tus locuras improvisadas, de tu tibiez, y tu cariño camuflado en una mirada perdida, en un lameton casual, y de esas noches de invierno que buscas mi compañía para calentar tus huesos.
Te quiero floreta.
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