miércoles, 22 de febrero de 2012

Cuando un corazón se rompe

Cuando quieres a los animales y piensas en su bienestar, lo piensas con todas las consecuencias y con todos los riesgos que eso conlleva.

Siendo casa de acogida he visto y sufrido algunas situaciones con mis niñas, pero no sabía que uno de los peores momentos vendría con una acogida sin fecha ni previo aviso.

Figo fue un perrito que se cruzo en mi camino , anciano, muy delgado, con una respiración dificultosa, en ese momento pense que el dueño al verlo anciano y desmejorado lo había abandonado y por casualidad se había parado allí, para descansar, para beber agua, no se, pero se había parado justo en el sitio oportuno a la hora oportuna. Yo baje con Zar de paseo y le vi allá una bola de pelo blanco y negro enroscada en la acera, lo observaba con dolor, mientras me iba alejando con Zar a seguir con su paseo, a la vuelta el peque seguía allí y me lo subí a mi casa. Sólo pensé en él, en darle de comer, en acariciarlo, en darle un hogar temporal o para el resto de su vida, pero al subirlo asumí todas las consecuencias. Le dí de comer, despacio y poca cantidad, poco pero comió, bebió agua y se acurruco en la cama que le hice, no dio guerra ninguna, ni se movía, solo se levantaba para beber agua y otra vez a dormir.

Durante la noche sufrí bastante por su estado de salud y una de las 50 veces que me levante para ver como estaba vi que se había subido al sofá, le puse una almohada para levantar su cabecita y hacer más fácil su respiración, me miraba con ternura y con cara de decir: por fin.

Por la mañana fuimos al veterinario, no nos daba muchas expectativas, pero decidimos luchar, unos cientos de euros no iba a ser obstáculo, se quedo ingresado y se empezó a hacerle pruebas.

Yo volví a casa con el disgusto en el cuerpo, porque en realidad pensaba que seria un pulmonia o algo más leve, cuando llamaron a mi puerta los dueños del perro. No entendía como habían podido dejar que Figo llegará a ese estado, como se puede dejar morir a tu fiel amigo. Me guarde todo lo que pensaba hice de tripas corazón porque la señora venía con un chaval que no paraba de llorar preguntando por su perro y cuando vio la foto lloraba más aún, Zar como buen perro que es y no tiene maldad hacía las personas fue a consolarlo, por la tarde su dueño fue a buscarlo al veterinario.

Yo tenía un doble sentimiento, había aparecido su familia, pero a la vez pensaba, el pobre perro estaba muy mal y no han sido capaces de llevarlo al veterinario a ver si tenía solución lo que tuviera, si no les dije 50 veces, es que si un perro deja de comer es preocupante, el perro tiene que ir a un veterinario, hay que ponerle chip......, mil cosas más con las que intentaba hacer entender a esa familia que un perro es uno más de la familia.

A la mañana siguiente Figo fue eutanasiado, me dejaron un mensaje en el contestador tan frío y tan vacío de sentimiento, lloré por Figo, lloré por mí, por no haber sido capaz de reaccionar y decirles que si no lo querían yo lucharía por él, yo intentaría hacer lo mejor para él, yo lo cuidaría y llevaría a donde hiciera falta.
DEP Figo, solo compartiste tu vida con nosotros un día, pero me has enseñado mucho

Figo lo siento, no pude hacer más por ti.


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