Tigre ha llegado está mañana, de Sevilla, primero ha ido a pasar unas horas a casa de Rafael y M. Carmen, dónde le han hecho todos los honores que saben ellos hacer a un perrito recién llegado y sin ser tan recién llegado, yo cuando me muera quiero reencarnarme en perro e ir a parar a su casa.
Por la tarde noche Rafael ha sido tan amable de traerlo a mi casa y así mañana después de salir yo de trabajar poder llevarlo a su casa de acogida, que están deseando cuidarlo, mimarlo, y darle todo lo que necesite y sobre todo tener paciencia, porque es un perrito que acaba de llegar, no entiende de normas, no sabe que se puede y que no se puede hacer, intentará buscar salidas y huir, para volver al sitio de donde procede, porque aunque nos parezca raro y no entendamos el porque ellos es lo único que han conocido y necesitan de esa estabilidad, aunque sea sufriendo, aunque le hagan daño, hasta este momento no han conocido otra vida, y no es que la echen de menos, es que la necesitan, porque ahora recién sacados de esa vida, se sienten solos, perdidos, sin rumbo, sin saber que les espera, hasta que no pasa mínimo un mes no se dan cuenta que está nueva vida que se les brinda es mejor, más divertida, más cariñosa, menos aburrida, menos dolorosa.
Por tanto desde aquí quiero deciros que ser casa de acogida es muy bonito, muy gratificante, pero también muy dificil y muy doloroso, hay que tener la paciencia de un santo y entender que el perrito no se porta mal, porque quiere fastidiarte, no se mea o se caga por la casa porque quiera estropear tus muebles o tu suelo, porque sabe que te molesta, ellos lo hacen porque no saben que no se puede hacer esto o lo otro, que tienen que tener horarios, disciplina, cuidados y poco a poco, con el día a día irán aprendiendo y dando pasitos agigantados, como digo yo, porque un minimo avance es un paso de gigante para ellos.
Tigre durmiendo en la camita de Abril, ¿a que es mono?
Suerte campeón!!
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