Cris la Podenquita con suerte

Hay perros que por desgracia son desechados, abandonados, ultrajados, despreciados, olvidados... en el corredor de la muerte sabiendo que sus días están contados y que con lo único que cuentan es que alguien les vea, alguien se fije en ellos y le de la oportunidad que otros no han sido capaces de dar. Esa fue la suerte de Cris, alguien la vio y lucho junto con otros más para sacarla de allí, de aquel tétrico lugar que huele a muerte, a desesperanza, a abandono; Cris tenía fecha de sacrificio,  era una perrita de 6 meses con sentencia de muerte, condenada a morir por no haber tenido la suerte de haber nacido otra raza o ya ni eso, sino en otro lugar.

Cris tuvo la gran suerte junto a unos pocos más que alguien los viera, el gran equipo humano que forma la asociación Galgos112 a la cual me siento muy orgullosa de pertenecer se movilizo y consiguieron sacar de ese tétrico lugar a Gonzo y a Cris.

Marta (su rescatadora) fue la primera mama de acogida de Cris donde se quedo unos días para preparar el viaje hacía Tarragona, ya aquí en Tarragona fue a casa de Rafael y M. Carmen, unas horas, donde sé que intentaron quitarle la olor a desesperación, miedo, pero por mucho jabón y colonia que le pusieron, la olor no se fue del todo, es esa olor que solo sale con el cariño, el amor y el calor de una familia, con un sentirse que le importa a alguien, que es parte importante y que es un miembro más de una manada, con unos papis adoptivos con un corazón inmenso y unos hermanitos perrunos que la querrán y cuidarán como una más.

De Cris pocas cosas puedo decir malas, bueno algunas cosas malas hacía, me robaba los calcetines, pero aparte de pequeños detalles y cosas normales de una jovenzuela de su edad, es toda dulzura y amor, una perrita que ha sabido adaptarse a los cambios a una velocidad de vértigo.

Cris ya ha sido adoptada, le robo el corazón a una familia fantástica que llenara su vida de alegría, optimismo y FELICIDAD.

Yo como siempre, me quede mirando como se marchaba a su nueva vida a su VIDA, llorando de alegría por ella y de tristeza por mí, porque la echare de menos a la largatijilla, y me hago una pregunta ¿porque me han enamorado tanto los podencos?????. Porque son cariñosos, sensibles, obedientes, juguetones, todo dulzura y corazón.

sé muy feliz mi pequeña lagartija